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El lince, protector de la perdiz y el conejo en Extremadura

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25 de Septiembre de 2019

El lince, protector de la perdiz y el conejo en Extremadura

Así es, aunque parezca increíble los resultados de las investigaciones monotorizadas en ocho linces ibéricos que habitan el valle de Matachel (Badajoz) ha dado un resultado sorprendente. Los datos registrados demuestran que en las zonas con linces se redujo hasta un 55,6% la caza de conejos y perdices por parte de otros animales carnívoros.

“Este descubrimiento es importante porque estas especies tienen un interés para nuestro país y sobre todo, son muy preciados en el ámbito rural”, explica José Jiménez, investigador del instituto y principal firmante del estudio.

El lince esta protagonizando el papel de héroe entre la fauna. Además, no tiene depredadores naturales situándose a lo alto de la cadena alimenticia e impidiendo que otros depredadores más pequeños invadan el territorio de los conejos.

Frente a tal dominio, los mesopredadores (zorros, garduñas, meloncillos y gatos silvestres) abandonan la zona o terminan entre los dientes del lince. Los datos resaltan que las nueve familias de zorros descendieron a una sola y las de los meloncillos de 37 a ocho. “Hemos querido demostrar que el lince, que está bajo una gran amenaza, tiene una repercusión sobre objetos de aprovechamiento socio-económico (conejos y perdices) y preserva los cotos de caza. Queremos influir en su aceptabilidad en la sociedad”, insiste el experto.

Sin embargo, una abundancia de conejos es mala para el ecosistema, por lo que, el lince elige áreas con mayor cantidad de conejos para alimentarse, aunque su caza no alcanza grandes números de víctimas. De esta forma protege la especie, evita su reproducción masiva y equilibra el ecosistema.

“Tampoco se puede plantear una extinción de los conejos por su culpa. Siempre se introduce el lince en un valle donde hay una alta densidad de conejos que además se reproducen a gran velocidad”, cuenta Jiménez. Uno de los análisis pone en relieve que en las áreas donde no había lince, el conejo fue en declive, devorado por zorros y otros carnívoros. En definitiva, el lince se lo come, pero le deja tiempo para multiplicarse.

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