
JOSÉ LUIS DÍAZ (Arte en ruinas)
La Asociación Cívica ha insistido en reclamar el fin del abandono cultural de la ciudad de Badajoz por parte de las instituciones y demandan un mínimo de equidad en cuanto a inversiones públicas se refiere.
Para este año 2023 no se contemplan prácticamente inversiones en Badajoz mientras que, por ejemplo, en la ciudad de Cáceres hay previstos más de 30 millones de euros que contemplan intervenciones en varios tramos de su muralla, la ampliación de su museo provincial (dotada con 7 millones de euros según informaciones publicadas) o la restauración de un edificio (con otros 7 millones), por parte de la Junta de Extremadura, para albergar colecciones privadas.
Mientras tanto, “en Badajoz seguimos esperando la restauración integral de la Alcazaba o que se recupere la muralla abaluartada (recuérdese que nuestra ciudad cuenta con más longitud de muralla que ninguna otra en España). El museo de arte contemporáneo (MEIAC) sigue a oscuras, pendiente de una dotación presupuestaria para luminarias... que nunca llega o el Museo Arqueológico sigue a la espera de su ampliación (desde principios de siglo) con 100.000 piezas que no pueden ser expuestas por falta de espacio”.
Por todo ello consideran que Badajoz, en especial en materia de cultura y patrimonio, no se tiene en cuenta por parte de las autoridades autonómicas ni nacionales, ni parece que a los responsables locales les preocupe lo suficiente.
Desde hace muchos años se viene dando altavoz a personas y colectivos de localidades extremeñas, (muchos de ellos miembros de los Consorcios Monumentales de Cáceres y Mérida), que ven a la ciudad de Badajoz como a la hermana mayor que se queda con las perras de papá Estado y mamá Junta, “a todas luces falso”, pero que a la larga ha ido calando en los políticos que tienen la decisión de dónde dirigir la recaudación de los impuestos que todos pagamos (también los pacenses).
“Al final, entre la desidia y el buenismo de los diferentes gobiernos municipales de Badajoz, las rivalidades políticas entre administraciones por ser de distinto signo y la búsqueda de rentabilidad electoral, Badajoz lleva años sufriendo una discriminación presupuestaria en cuanto a inversiones que se traduce en un aislamiento cada vez mayor, tanto en inversiones patrimoniales como de infraestructuras, creando una desafección de los pacenses con la región a la que orgullosamente pertenecemos”.
“Desde nuestra asociación no solemos entrar en el ‘y tú más’ ni en comparaciones con otras ciudades, pero estamos viendo claro que quien no llora no mama, y hay ciudades de nuestro entorno que se están quedando con gran parte de la leche y dejando morir por inanición a la mayor ciudad de Extremadura”.