La temperatura del agua en el mar, varios grados por encima
31 de Julio de 2015
La ausencia de borrascas atlánticas durante varios meses, sumado a que el anticiclón de las Azores permanece estacionado y fuerte, hacen que la temperatura superficial del agua en el mar registre a estas alturas del año varios grados por encima de lo habitual.
Si el Mediterráneo ha estado rozando en julio los 30 grados, no menos relevante es que la zona cercana a las Islas Azores alcance los 29 grados, cuando normalmente a estas alturas del año gira en torno a los 26.
Por si fuera poco, las aguas del Golfo de Cádiz se encuentran por encima de los 25 grados, algo a destacar si tenemos en cuenta que la corriente del Atlántico, un flujo de aguas muy frías que atraviesa la península por el oeste hasta las Islas Canarias, difícilmente sobrepasa los 23,5 grados durante la temporada estival.
Este sobrecalentamiento podría tener graves consecuencias para la península durante los meses de septiembre y octubre, cuando la temperatura superficial de las aguas que nos rodean alcance su máximo y la atmósfera se haga más inestable tras la previsible retirada del azoriano.
Unas altas temperaturas como las que registra el Mediterráneo puede ocasionar ‘gotas frías’ severas en todo el Levante cuando el verano llegue a su fin, provocando células que descarguen una gran cantidad de agua en un corto periodo de tiempo. Ello hace que los cauces de los ríos –normalmente secos- bajen con fuerza arrasando todo a su paso.
Por su parte, y aunque con menor probabilidad, las temperaturas que registra el Atlántico pueden hacer acercarse a alguna tormenta tropical o huracán que se forme en latitudes más altas de lo normal, como ocurrió en el año 2005 con el huracán Vince.
HURACANES EN LA PENÍNSULA
El huracán Vince (2005) se formó en aguas próximas a las Islas Madeira, una zona anómala en la formación de huracanes, además, desafió toda lógica al formarse en aguas por debajo de los 24 grados –cabe recordar que los huracanes se forman en aguas con una temperatura superior a los 26,5 grados- siendo el primer huracán que penetró en la península ibérica a través de las costas onubenses.
Algo similar ocurrió con la tormenta tropical Delta (2005) y el huracán Gordon (2006), que afectaran a las Islas Canarias y Galicia respectivamente, en algunos casos con graves pérdidas económicas.
Por último, el más reciente de los casos se trató del huracán Nadine (2012) que se dejó sentir en las costas azorianas, y que anduvo sin rumbo por la zona durante 23 días, siendo el quinto huracán de la historia por su extensa duración.
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