La viticultura europea atraviesa momentos de crisis y la UE lo admite

El sector vitivinícola español y europeo ha atravesado una grave crisis de mercado, que ha puesto en riesgo la rentabilidad -e incluso la viabilidad- de muchas explotaciones, especialmente las de carácter familiar. Por ello, organizaciones como la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) han solicitado medidas urgentes y apoyo económico a la Comisión Europea, ante una situación que se ha considerado estructural y crítica.

La Comisión Europea ha presentado el pasado 28 de marzo un paquete legislativo que propone la modificación de tres reglamentos y recoge varias recomendaciones del Grupo de Alto Nivel. El Consejo de la UE ha abordado este paquete legislativo y, aunque en general se ha mostrado favorable, ha planteado algunas modificaciones. Ahora, han quedado pendientes las negociaciones con el Parlamento Europeo para su aprobación definitiva.

UPA ha valorado positivamente estas recomendaciones, que buscan mejorar la competitividad, facilitar el arranque de viñedo o la cosecha en verde, adaptarse al cambio climático, armonizar el etiquetado y fomentar el enoturismo. Sin embargo, ha advertido que el mayor problema sigue siendo la falta de presupuesto.

“Si la propia Comisión ha reconocido la gravedad de la crisis, no bastan los cambios legislativos. Hace falta financiación europea”, han afirmado desde la organización agraria. También han reclamado que los fondos no utilizados en la Intervención Sectorial Vitivinícola (ISV) puedan ser aplicados en ejercicios posteriores o redirigidos al arranque de viñedo.

Sobre el incremento del porcentaje de financiación hasta el 80% para luchar contra el cambio climático, UPA ha criticado que en España esa medida solo esté disponible para bodegas. “Es un agravio dejar fuera a los viticultores, que son los más perjudicados por las sequías, granizos y olas de calor”, han señalado.

La organización ha propuesto que ese 80% también se incluya en medidas de reestructuración del viñedo, especialmente si se orientan a la adaptación climática, como el cambio de variedades.