Las medidas de la Junta reducen el arrastre de cenizas procedentes del incendio de Jarilla
7 de Noviembre de 2025
Las medidas establecidas por la Junta de Extremadura han contribuido a retrasar y reducir el arrastre de cenizas a cauces fluviales, un fenómeno natural que sucede siempre en cualquier lugar tras incendios forestales de la magnitud del registrado el pasado verano en Jarilla, donde ardieron más de 16.000 hectáreas.
La inversión en la zona afectada ha alcanzado los tres millones de euros, aportados por la Junta de Extremadura, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) y la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT).
La Administración regional ha puesto en marcha el 'helimulching' abarcando una superficie de 1.120 hectáreas, trabajos de corrección hidrológica y tratamientos selvícolas (fajinas o subsolados) en 50 kilómetros, y ha reparado caminos, cerramientos y otras infraestructuras de la zona dañadas por el fuego.
La CHT ha construido 35 gaviones sobre las presas de Oliva de Plasencia y Villar de Plasencia, y ejecutará otros 200 en Hervás. La colaboración entre administraciones ha permitido también actuar en montes de utilidad pública, donde se ha retirado madera quemada (14.500 estéreos), se han realizado 41.000 nuevas plantaciones y se han construido 85 hectáreas de fajinas, 50 de albarradas y 50 kilómetros de subsolados, al tiempo que se han reparado 40,5 kilómetros de pistas forestales.
3 KILOS DE CENIZAS POR METRO CUADRADO
El 'helimulching' se ha aplicado en zonas que por su ubicación son estratégicas para el abastecimiento de aguas a los municipios, y ha contribuido a que apenas haya habido arrastres de cenizas hasta este jueves, pese a que ya llovió la semana pasada y la anterior.
Este miércoles se produjo un episodio de lluvias localmente muy fuertes y en poco tiempo, que propiciaron inundaciones en ciudades y en el monte, un arrastre de cenizas masivo y rápido. Estas lluvias tormentosas propician arrastres de grandes cantidades de cenizas, que bajan en aluvión a gran velocidad por los cauces. Hay que recordar que un incendio forestal de la magnitud del de Jarilla llega a dejar hasta tres kilos de cenizas por metro cuadrado.
También más de la mitad de la superficie quemada en el incendio de Jarilla es zona de alta montaña desarbolada, o sea, sin material vegetal que pueda retener las cenizas. Y hay que destacar que el arrastre de cenizas no afecta a la fauna fluvial ni implica una mayor erosión del suelo, dado que afecta solo a la capa más superficial. Se trata de un episodio temporal, de gran impacto visual pero pasajero. En unos días, los cauces bajarán limpios.
OBRAS DE EMERGENCIA
Además, previendo esta situación y para que los vecinos de las zonas afectadas por el incendio puedan contar con agua potable, la Junta ha actuado con prevención, creando un comité técnico formado por distintas administraciones y organismos.
Este comité ha recorrido todos los sistemas de abastecimiento de las localidades afectadas por los incendios, ha evaluado la situación de cada uno de ellos, ha instruido a los servicios de agua municipales sobre las medidas que deben adoptar para una adecuada preservación de sus manantiales y de la calidad del agua frente a la posible contaminación por cenizas y ha repartido entre las distintas administraciones las obras y actuaciones de emergencia para garantizar los abastecimientos.
De este modo, la Junta de Extremadura es la encargada de asegurar los abastecimientos de las localidades afectadas por incendios que no tienen posibilidad de suministro alternativo de agua o no pueden ser abastecidas por cisternas por su mayor tamaño, concretamente las localidades de Jerte, Cabezuela del Valle y Casas de Monte.
En estos municipios, el Ejecutivo regional ha desarrollado obras de emergencia para asegurar los abastecimientos que conllevan una inversión de 512.730,58 euros.
El objetivo de estas actuaciones es evitar que se produzca un desabastecimiento de agua de estas localidades provocado por los arrastres de cenizas y tierras que las lluvias de otoño llevarán hasta los azudes desde los que se abastecen. Así, con las obras se captará agua de gargantas no contaminadas por el incendio y ésta se impulsará mediante bombas y a través de nuevas tuberías hasta los depósitos municipales, que previamente deben ser cerrados para evitar la entrada de agua contaminada.
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