El otoño llega por fin a Extremadura inundando las calles de hormigas voladoras
30 de Octubre de 2025
                 
            
En estos últimos días de octubre, vecinos de varias localidades extremeñas han observado la aparición masiva de hormigas voladoras en patios, jardines y calles, un fenómeno que coincide con el episodio de lluvias generalizadas que está afectando a buena parte de la Península Ibérica. La presencia tan repentina de estos insectos es una respuesta natural al aumento de humedad en el suelo tras las precipitaciones.
Este fenómeno tan llamativo tiene su lógica, pues expertos en entomología explican que las “hormigas aladas” emergen en su fase reproductiva cuando las condiciones de humedad y temperaturas son favorables. De este modo, tras las actuales lluvias otoñales, muchas colonias liberan a sus machos y reinas para que se apareen en su conocido como “vuelo nupcial” y formen nuevos nidos. Poco tiempo después, los machos suelen fallecer, y las hembras fecundadas pierden sus alas para instalarse en un nuevo hábitat.
Esta situación puede generar un cierto desconcierto entre los ciudadanos, ya que muchos podrán encontrar grandes aglomeraciones de este insecto en los alrededores de su hogar, terrazas o negocios debido a la cobertura natural que proporcionan estos lugares normalmente techados. No obstante, no hay que alarmarse, pues se trata de especies locales que no representan peligro para las personas ni para los animales y cuya actividad se limita al proceso reproductivo sin implicar plagas destructivas.
Las autoridades agrícolas y medioambientales aconsejan evitar el uso de pesticidas, ya que no resultan eficaces para controlar este fenómeno natural. Sin embargo, sí que recomiendan mantener la limpieza de los espacios exteriores, sellar rendijas de acceso a viviendas y esperar a que este periodo habitual de vuelo concluya.
Una vez avance el otoño y las precipitaciones cesen, el fenómeno llegará a su fin de forma natural. Hasta entonces, la presencia de estos bichos puede considerarse un indicativo de que el suelo ha alcanzado niveles de humedad óptimos, y, en cierto modo, un símbolo del paso de la estación otoñal sobre Extremadura.
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