"La mina nos va a joder la vida": voces contra el proyecto de litio en Extremadura

Más de 200 personas procedentes de distintas plataformas antimineras de Extremadura y Salamanca participaron este fin de semana en una marcha reivindicativa contra el proyecto minero de litio promovido por la empresa Lithium Iberia. La caminata, de unos 4 kilómetros, partió desde la localidad cacereña de Grimaldo y concluyó en el paraje natural de Las Navas de Cañaveral, un espacio amenazado por la futura explotación.

La movilización congregó a vecinos de Grimaldo, Cañaveral, Holguera, Portezuelo, Torrejoncillo, Plasencia, Rebollar, Cáceres, Sierra de Gata y Zafra, entre otros municipios. Todos ellos se dieron cita a las 11:00 horas para expresar su rechazo a un proyecto que, denuncian, se ha tramitado sin transparencia ni participación ciudadana. Acusan a la Junta de Extremadura de ocultar información relevante y de excluir a la población de un proceso que afecta directamente a su salud y entorno.

Plataformas como Salvemos la Montaña y Sierra de Gata Viva se sumaron a la protesta, advirtiendo que el proyecto plantea la instalación de una megamina a tan solo 800 metros de zonas habitadas. Esta proximidad, advierten, supone un riesgo no solo para el medioambiente de la Dehesa Boyal de Las Navas, sino también para la salud de las personas que viven en la zona.

Durante la marcha, los participantes portaron pancartas con lemas como “Grimaldo somos todos”, “No a la mina, SÍ a la vida”, “Stop impunidad minera”, “La mina nos va a joder la vida” y “No a las minas”, en un ambiente combativo pero pacífico. La manifestación fue también una muestra de unidad entre pueblos afectados por la creciente amenaza de explotaciones mineras en la región.

La jornada finalizó con una comida popular a base de paella y una asamblea abierta en la que los vecinos pudieron compartir sus preocupaciones, reflexiones y propuestas frente a un modelo de desarrollo que consideran destructivo e impuesto.

Desde los colectivos organizadores se ha anunciado que las protestas continuarán si no se paraliza un proyecto que, aseguran, prioriza intereses económicos privados frente al bienestar de la población y la preservación del patrimonio natural extremeño.