Más que música: la huella imborrable de Robe Iniesta

Extremadura ha amanecido con un extraño silencio este miércoles tras la noticia de que una de las voces más características del rock se había apagado. Robe Iniesta, fundador de la mítica banda Extremoduro, ha fallecido dejando un legado irrepetible e inolvidable en el panorama musical y en las mentes de todos los que crecimos y volamos con su música. 

Nacido en Plasencia, Robe siempre llevó sus orígenes por bandera. No solo con el nombre de la banda o canciones como Extremaydura, sino con amor por la tierra y el apoyo a la música regional, formando posteriormente su banda en solitario compuesta íntegramente por músicos extremeños.

Desde los años 90, cuando Extremoduro irrumpió en el panorama, ha sido un icono de la libertad y la trasgresión. Con letras profundas a la vez que descaradas, mezclando lo poético con lo burdo, y un rock visceral pero medido con cambios de ritmo rompedores, marcó un estilo que ha servido de inspiración para infinidad de artistas.

Todo ello era un reflejo de su personalidad testaruda, auténtica y transparente. La verdadera expresión de la figura del rockero, en un momento donde esta parecía ya extinta. Así antepuso siempre sus principios al éxito, llegando a prohibir la entrada de móviles en los conciertos, ya que las grabaciones y fotos corrompían la esencia del directo y molestaban al resto del público, al que pedía que disfrutasen el concierto en vez de grabarlo.

En los últimos años, Robe se refugió en una música más íntima, más depurada, sin dejar atrás esa forma suya de mirar lo cotidiano con una poética oscuridad. Su obra daba un giro en cuanto a las formas, pero él seguía siendo el mismo, tan hermético y auténtico como siempre.

La noticia de su muerte ha sacudido a toda España y especialmente a Extremadura, que hoy se siente huérfana del músico que puso su nombre en el mapa sin necesidad de campañas ni banderas.

Las redes se han llenado de tristes mensajes de despedida y gratitud, desde fans hasta compañeros, así como artistas de toda índole, y Plasencia ha decretado tres días de luto oficial meses después de haber nombrado a Robe Hijo Predilecto de su ciudad natal.

Se va Robe, pero queda su legado: un mundo de música y la forma que nos dejó de ver el mundo y de mirar siempre hacia la libertad.