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Badajoz

OPINIÓN: El activismo mágico en elecciones

Badajoz

14 de Abril de 2023

OPINIÓN: El activismo mágico en elecciones

 

Sorprende, y no es para menos, que tan pronto asoma al horizonte las elecciones en nuestros políticos, recobren ese ritmo cardíaco apremiante en sus actuaciones en un ocaso ya, de esos cuatro años de legislatura, donde apenas han cumplido con las promesas de la legislatura anterior. Se les junta la falta de memoria, con el desgano en una vocación de servicio a la que optaron, desconociendo si están vocacionalmente en esa misma sintonía.

 

No hay etiquetas políticas para esta desidia que llevan intrínseca en el ADN. Y respondiendo al escaso estímulo, se presenta la respuesta ciudadana. Aquella que tiene el poder en su papeleta de hacer "cambiar las cosas", resulta que cada vez, se muestra más inconforme a la vez que decepcionada con el ritmo que toman las cosas.

 

No se puede negar que no hay respuesta concisa a toda esa gente que, a modo de repulsa de la indiferencia, se postula contra las estructuras políticas y decide no salir a ejercer su derecho al voto. Obvio que no alabaré dicho proceder de esconder la cabeza como el avestruz, ante la decadente eficiencia política. Estimo que es un derecho y una obligación ciudadana el potenciar el cambio, e influir con su grano de arena, a que se busque la mejor alternativa social.

 

Esto es algo que pocos políticos entienden. Es curioso que ante el escenario económico y social más apocalíptico, con la desmesurada subida de los alimentos y las energéticas, donde no se respaldan los derechos del individuo como algo prioritario, ante la desfachatez de un gobierno nacional, autonómico o local enmarcado en el absurdo más lamentable. Parece que nuestros señores políticos siguen a lo suyo. La máxima preocupación parece ser la "conquista del gobierno" en esa burbuja ajena a toda realidad, y marcados por fraudulentos sondeos de población.

 

Creo que antes de la derrochona campaña de pegado de carteles, deberían sentarse a analizar con detenimiento, qué síntomas padece este "achuchado paciente" de la sociedad. No me vale haber ignorado las necesidades de la gente cuando se goza de la seguridad del sillón consistorial, y ya en el último tramo de esta carrera, activarse a banda ancha, para tratar de demostrar su máxima eficacia. Algunos clásicos, siguen recurriendo al voto popular, con el mercadeo de verbenas de mayores y organizando comidas. Como los auténticos abanderados del pensionista y el jubilado, y mostrando interés lastimero por las pensiones que cobran.

 

A pesar del milagro político de convertir el agua en vino, la decepción antes mencionada, parece ser una enfermedad incurable. El panorama (del que discretamente no se han privado), ha dejado un paisaje desolador ante la falta de respeto de unas instituciones que han malgastado sus escasas fuerzas en escenificar la tira cómica de "La rue del Percebe".

 

No sé cómo a día de hoy, alguien valeroso decide levantar el dedo para ofrecer sus servicios a la política, con la mala fama que precede al que fuera el más ejemplar oficio, con referentes destacables como el legendario Adolfo Suárez o aquel emperador de la sensatez, llamado Julio Anguita.

 

De igual modo me sorprende ante el pistoletazo de campaña, que ya no se dice: "haremos esto o aquello", cual la recurrente política del castillito al aire, ahora parece estilarse el comenzar un proyecto, precintarlo como si se estuviera interviniendo, y dejarlo al letargo hasta ver resultados en mayo. Se me ocurren algunos ejemplos que estamos viendo en Badajoz, aunque me limitaré prudentemente a no resaltar públicamente, no sea que genere la idea de su paralización.

 

¿Cuántos proyectos han comenzado con tanto vigor en nuestras ciudades extremeñas, y han quedado postergados al abandono e indiferencia de sus máximos responsables? No les parece sensato a nuestros gobernantes la política de acabar lo que ya tenemos, o más bien adecentar y mantener los desperfectos de lo existente, que dedicarse a impulsar nuevos proyectos, dejando estos parches inacabados en nuestras ciudades. Si observamos las sensacionalistas noticias de algunos diarios (de cabecera de algunos), veremos que la mayor parte de noticias de la que hacen campaña los partidos, son denominadas por mí, "noticias futuristas", pues venden humo en cuanto "haremos", "se creará", "Badajoz tendrá", y un sinfín de sanas intenciones como aquel cuento de la lechera.

 

Paseando por uno de los puentes que unen la ciudad de Badajoz con la barriada de San Roque, (que curiosamente algunos siguen considerando como esa esfera marginal del pasado de un arrabal a extramuros), y habiéndose convertido en la actualidad en el centro neurálgico social y comercial de la ciudad, me percaté primero por el olfato de un fuerte tufillo a cloaca. Después corroboré mis pesquisas. Eran las aguas fecales que vertebran el centro de la ciudad, con la barriada de San Roque al más puro estilo "río Manzanares". Había hasta algunas especies de aves nadando por aguas de un color indeterminado (pardo). ¿Dónde están los ecologistas cuando se les necesita?

 

A día de hoy, no entiendo cómo se puede mirar a otro lado y ni siquiera ningún partido político haya propuesto en su programa, la correcta canalización subterránea de tales aguas fecales, pues creo que destacamos por ser de las únicas ciudades que presumimos de exhibir las aguas residuales en superficie, como si de un río fuera. En muchos municipios estas pestilentes aguas van soterradas bajo calles y plazas. Me parece de primer orden el solucionar este tema de las aguas fecales a la vista porque, más que un factor estético (que no lo tiene), deben de ser anti higiénicas para la salud. Son muchos los deportistas que deambulan por el margen del río y tienen que inhalar esta desidia que se presta más al medievo, que al progreso de las ciudades.

 

No repercutiría en un excesivo gasto el privar a los ciudadanos de ese aspecto deplorable del canal del Rivillas y sobre todo de sus fétidos olores, que parecen no cuestionarse nuestros señores políticos (porque vivirán en privilegiadas zonas de la ciudad). Yo me pensaría ofrecer mi voto a quienes ignoran la salud de los ciudadanos de las barriadas más modestas. Esperemos a mayo.

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