OPINIÓN - El bochorno de la Selectividad

Es, ciertamente, anonadante e indignante lo que ha ocurrido con los exámenes de la EBAU (antigua Selectividad) en Extremadura.

Según la Universidad de Extremadura, se han producido hasta 14 accesos no autorizados a la carpeta virtual que contenía los exámenes. Estos accesos indebidos habrían producido, claramente, una alteración en el normal desarrollo del proceso de evaluación de los conocimientos de los estudiantes, lo que arrojaría dudas plausibles sobre la limpieza del proceso y sobre los posibles resultados de esos exámenes, dado que un número indeterminado de personas podrían haber disfrutado de información privilegiada antes de la realización oficial de los exámenes.

Ante estos hechos, la institución universitaria ha decidido repetir aquellos exámenes que se vieron afectados por tal circunstancia. Ante ello y como es normal, se ha rebelado la comunidad educativa, particularmente los estudiantes y sus padres y madres, pero también el conjunto de la sociedad.

Pero el mal ya está hecho y lo ocurrido tiene difícil solución. Porque si el proceso se ha visto corrompido, está claro que no debería continuar como si tal cosa. Pero tampoco puede condenarse a los alumnos a la repetición de uno o varios exámenes que ya han realizado. Y lo cierto es que un aprobado general sería profundamente injusto con los alumnos que más se han esforzado por conseguir unas calificaciones superiores.

Ese aprobado general sería, claramente, insuficiente para muchos de esos alumnos que verían como con una nota tan baja sus calificaciones medias se verían mermadas, y, por ello, sus posibilidades de acceder a distintas titulación quedarían cercenadas. Por otra parte, la adjudicación de una calificación superior también sería injusta, pues premiaría a aquellos que no se esforzaron lo suficiente, y, por contra, al igualarlos a todos penalizaría a aquellos alumnos que sí hicieron bien su trabajo.

Tiene el tema difícil solución. Y tiene sin duda unos claros perjudicados: los alumnos, los chicos y chicas que cumplieron con sus obligaciones, que fueron responsables, y que ahora se ven afectados por un asunto que les es absolutamente ajeno.

¿Qué se puede hacer, por tanto, con este problema? Pues, como digo, es difícil hallar una solución satisfactoria y justa para todos los intervinientes en el proceso. Lo que sí está claro es que se han de asumir responsabilidades, porque lo sucedido es un escándalo de dimensiones descomunales.

Pero, ¿quiénes son los responsables? Pues miren, aunque algunos medios y políticos han cargado las tintas únicamente contra la Universidad de Extremadura y sus principales dirigentes, pero no solo la Universidad está implicada en el proceso de la EBAU, porque la Junta de Extremadura y distintos dirigentes de la Consejería de Educación y Empleo, son tan responsables de lo ocurrido como pudieran ser los mandatarios de la Universidad de Extremadura y la propia institución universitaria.

Sencilla y llanamente porque, si atendemos a la “ORDEN de 6 de abril de 2018 por la que se regula la constitución de la Comisión Organizadora de la prueba de evaluación de Bachillerato para el acceso a la Universidad, así como el procedimiento de evaluación para el acceso a las enseñanzas universitarias de Grado” (publicada en el D.O.E. del 11 de abril de 2018), los miembros del comité organizador de la EBAU, y por tanto, los principales responsables del buen desarrollo del proceso, son los integrantes de un comité organizador compuesto por:

— El Rector de la Universidad de Extremadura o persona en quien delegue. (UEx)

— El titular de la Secretaría General de Educación o persona en quien delegue. (Junta de Extremadura)

— El titular de la Dirección General de Formación Profesional y Universidad o persona en quien delegue. (Junta de Extremadura)

— La persona que desempeñe la presidencia del Tribunal calificador, que será nombrada por el Rector. (UEx)

— La persona titular del Servicio de Inspección General de Educación y Evaluación de la Secretaría General de Educación. (Junta de Extremadura)

— Tres funcionarios de la Universidad de Extremadura, nombrados por el Rector. (UEx)

— Dos funcionarios pertenecientes a los cuerpos docentes no universitarios, nombrados a propuesta del titular de la Secretaría General de Educación. (Junta de Extremadura).

Y fíjense que, curiosamente, entre las funciones de este comité organizador de la EBAU, se especifica, en el artículo 10 de la Orden anteriormente citada, que este comité habrá de “establecer las medidas que garanticen el secreto del procedimiento de elaboración y selección de las pruebas, así como su custodia, y el anonimato del alumnado en la fase de corrección y calificación de las mismas”.

Por lo tanto, si hemos de buscar responsables, ahí están señalados quienes por parte de la Universidad y la Junta de Extremadura, han debido de ocuparse de que, entre otras cosas, no se quebrantase la custodia de las pruebas que, posteriormente, iban a realizar los alumnos.

Puede, por tanto, exigirse la asunción de responsabilidades a ambas instituciones. Es más, debe exigirse tal extremo, porque a los chicas y chicas que van a “pagar los platos rotos” por los sucedido, sin haber tenido nada que ver con lo ocurrido, parece que no les va a quedar más remedio que repasar de nuevo el temario para volver a examinarse, con todo lo que ello pueda conllevar de perjuicio.

Pero los responsables de semejante chapuza deberían al menos asumir públicamente su responsabilidad y no escabullirse, o “espantarse las pulgas”, como si nada tuviera que ver con ellos, como para mayor escarnio han hecho algunos altos mandatarios de la Junta de Extremadura, que se han atrevido a mentir al afirmar no tener responsabilidad -ni competencia- alguna en este grave asunto que, con razón, ha encolerizado a la sociedad extremeña.

Cada cual que asuma su parte de culpa. Que se cobren las responsabilidades públicas pertinentes. Y que se pongan los medios para que un escándalo de semejantes dimensiones nunca más vuelva a acontecer en nuestra tierra.

POR: Antonio Galván González.