OPINIÓN: El sentimiento de ‘inferioridad’ extremeño se traslada al deporte
19 de Enero de 2018
Muchos extremeños aún amando a nuestra tierra, somos conscientes de que todavía faltan mucho para convertirse en la tierra perfecta, pero en definitiva, estamos contentos de ser y pertenecer a Extremadura.
Esto podría parecer una perogrullada pero también es cierto que hay un importante sector de la población que se siente ‘inferior’ o ciudadanos de segunda por pertenecer a una región como la nuestra.
Desde que comencé a trabajar comunicando sobre el mundo del deporte he visto y escuchado con atención a muchas voces de deportistas, clubes y todo tipo de personas relacionadas mientras expresaban su opinión sobre la actividad física en Extremadura y el alto nivel.
También me gusta escuchar a aquellos que creen entender de algo que no saben nada y a aquellos que dicen que el deporte extremeño "no vale para nada" y que "no hay nivel", siendo mi reacción llevarme las manos a la cabeza ante tanto desconocimiento.
En realidad creo que sé porque ocurre esto. La principal razón es el pensamiento simplista de mucha gente de relacionar el deporte con once ‘tios’ persiguiendo una pelota. Señores, el fútbol no lo es todo.
Centrándonos solo en el fútbol también tendría argumentos de peso para rebatir a esas mentes lúcidas. Es cierto que a nivel de clubes el mejor equipo extremeño está en Segunda División B pero hay que mirar más allá.
El primer error lo encontramos en la afirmación anteriormente dicha. El mejor equipo de fútbol extremeño está en Segunda B. ¿Qué pasa que las mujeres no juegan al fútbol?. A los quejicosos del "escaso nivel" de este deporte les invito a un partido del Santa Teresa Badajoz para que vean fútbol de primer nivel.
Las pupilas de Juan Carlos Antúnez se parten el pecho semana sí y semana también no solo para defender los colores de su equipo, sino para demostrar que en Extremadura también sabemos jugar al fútbol.
Dejando a un lado el importante papel del Santa Teresa en el fútbol femenino, me centraré en las voces que echan pestes del masculino, que prefieren animar a Real Madrid o FC Barcelona anteponiéndolos a los colores del club de su ciudad o pueblo.
En la máxima categoría del fútbol nacional tenemos a jugadores como Burgui o Pacheco en el Alavés, Pichu Cuellar en el Leganés o Alex Alegría en el Levante. Cuatro extremeños de los que muchos no tienen constancia.
Pero no son los únicos extremeños en el fútbol de élite porque Óliver Torres con el Oporto y Jesús Rueda con el Apoel han disputado este año la fase de grupo de la Liga de Campeones, la competición futbolística más importante de clubes.
Ante estos argumentos cualquier persona sensata debería rectificar ante la afirmación del "escaso nivel" del deporte extremeño, pero fuera del fútbol existe actualmente un amplio abanico de figuras deportivas extremeñas:
Cada fin de semana vemos a extremeños estar entre los 10 primeros del panorama nacional de Atletismo. Ricardo Rosado, Pablo Villalobos, Teresa Urbina, Cristina Jordan o Raquel Gómez son varios de los nombres propios de este deporte en la región.
En el mundo del triatlón la pacense Miriam Casillas esta demostrando su enorme potencial. Fue la única triatleta española en terminar la prueba olímpica de Río de Janeiro y ahora se encuentra en Estados Unidos para aumentar su nivel.
En escalada el nombre propio en Extremadura, e incluso en España, es Javi Cano. Campeón de España en múltiples ocasiones, se proclamó el pasado año subcampeón del mundo universitario.
En la natación es donde más palpable es mi argumento. En los Juegos Olímpicos vimos a dos, Fátima Gallardo y Miguel Durán, pero pudimos ver a Cesar Castro que se perdió la cita por lesión.
Tampoco me puedo olvidar del ciclista Rubén Tanco. Campeón de España de BMX en varias ocasiones que consiguió proclamarse campeón de España de pista en su primera temporada en esta modalidad.
También hay nombres propios como Loida Zabala, Al-Qázeres, CAR Cáceres, Cáceres patrimonio de la Humanidad, José Antonio García Diestro, Antonio Fernández, y un sinfín más que hacen de Extremadura su bandera mostrándola en todas las competiciones a las que asisten.
Hay muchos más ejemplos en otros deportes para afianzar mi argumento, pero esta es buena muestra de que el deporte extremeño tiene nivel y estamos bien situados en el panorama nacional.
Solo falta que acallemos esas voces que menosprecian continuamente a nuestra región no solo en el ámbito deportivo, sino en general, para seguir creciendo como comunidad y tener un sentimiento de pertenencia a una tierra que con trabajo se posicionará donde realmente debe estar.
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