El vigilante ante la polémica en el Nuevo Vivero: "En ningún momento se pronunciaron esas palabras"

La pasada jornada, 7Días informaba acerca de un altercado sucedido a las puertas del Nuevo Vivero en Badajoz. Joaquín Parra, expresidente del Club Deportivo Badajoz, declaraba a este medio que había acudido a ver el partido en el que jugaba el equipo pacense, pero se llevó una sorpresa al encontrarse impedimentos para acceder al estadio. “Había una orden para que yo no entrara” señalaba.

Tras la polémica ocasionada, y conocer la versión de Parra, uno de los vigilantes del equipo de seguridad privada del CD Badajoz ha querido mostrar su versión sobre lo sucedido.

“Cuando Parra llegó, ni si quiera se paró a que mi compañero le ticara la entrada, simplemente nos las enseñó” afirma el vigilante. “Entró deprisa y corriendo gritando que él tenía sus entradas y no tenía por qué esperar” añade.  Seguidamente, según cuenta el trabajador, éste le paró repetidas veces pidiéndole que se esperara, a lo que el expresidente comenzó a decir: “Ves, no me están dejando pasar”.

El vigilante de seguridad afirma que rápidamente las personas que acompañaban a Parra comenzaron a realizar fotografías y vídeos, y niega rotundamente haber impedido su entrada al estadio. “En ningún momento se pronunciaron esas palabras de nuestra parte, solamente se le estaba pidiendo que esperara porque el auxiliar le tenía que pasar la PDA, sin querernos escuchar ni atender a lo que le estábamos diciendo a él y a sus acompañantes, haciendo presión para entrar y complicando la situación e intervención de nuestro servicio con los abonados” señala.

“Tuve que pedir apoyo porque al ver la situación, los abonados del club, queriendo ver el partido, empezaron a pasar sin ticar sus abonos, y se tuvo que hacer doble filtro para atender las dos situaciones”. Y añade que “los aficionados se quejaban de querer entrar al partido y que la situación era vergonzosa, generalizando”.

Un compañero del vigilante, según relata, explicó a Joaquín Parra que en ningún momento le estaba negando la entrada puesto que tenía sus entradas compradas y, por tanto, el derecho a poder entrar. “Simplemente teníamos directrices de no dejarle pasar en el caso de que fueran abonos los que trajese, ya que no serían los suyos”.

Aún así, Parra y sus acompañantes accedieron al estadio para disfrutar del partido, ubicándose en la parte de debajo de las gradas “prácticamente pasando de mi compañero”.

“Me da mucha pena que tengamos que pagar justos por pecadores porque nosotros solo hacemos nuestro trabajo, y como no pueden hacer las cosas de otra forma van a por los trabajadores, perjudicándonos a nosotros” concluye el vigilante de seguridad.