‘¿Alargar las nucleares? No, gracias’: ecologistas exigen el cierre de Almaraz
27 de Noviembre de 2025
Las organizaciones Adenex, Ecologistas en Acción de Extremadura y Greenpeace han presentado esta mañana la campaña conjunta ‘¿Alargar las nucleares? No, gracias’, con la que denuncian la presión de la industria para prolongar la vida de los reactores nucleares más allá de los 40 años previstos y exigen el cumplimiento del calendario de cierre nuclear.
El acto se ha desarrollado en el Círculo Pacense, a escasos días del inicio de la campaña electoral que llevará a los extremeños a las urnas el próximo 21 de diciembre. En este contexto, el debate sobre la posible prórroga del cierre de la central nuclear se ha convertido en un tema de interés electoral, dejando de lado las implicaciones de mantener un modelo energético considerado sucio, caro, arriesgado y dependiente de combustibles procedentes de otros países.
Según José María González, coordinador de energía de Adenex, la energía nuclear es “sucia, cara, peligrosa y dependiente” porque genera residuos que permanecen activos durante miles de años, tiene costes superiores a las energías renovables, aumenta el riesgo de accidente en instalaciones envejecidas como Almaraz, y depende de la importación de combustible de terceros países.
En esta misma línea, las organizaciones advierten que alargar la vida de la central de Almaraz bloquea la transición hacia energías limpias, locales y seguras, ya que ocupa un alto porcentaje del mix energético que podría producirse de manera alternativa con renovables. Aseguran que prolongar su funcionamiento enviaría un mensaje contrario al desarrollo de un sistema energético sostenible y supondría un incumplimiento del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).
Por otro lado, en el acto también se ha anunciado el lanzamiento de una campaña de adhesiones para sumar apoyos de organizaciones sociales, ambientales, sindicales y vecinales frente a los intentos de la industria nuclear de prolongar el ciclo de vida de la central.
En pocas palabras, las organizaciones han dejado claras sus demandas: el cierre definitivo de Almaraz en 2027 y 2028, la investigación y almacenamiento seguro de residuos, la implementación de un Plan de Transición Justa para Campo Arañuelo con participación local y financiación pública, y la restauración ecológica total del emplazamiento una vez concluido el desmantelamiento y el periodo de vigilancia.
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