Atlántico Norte con aguas más frías de lo normal ¿Consecuencias este otoño-invierno?
22 de Septiembre de 2015
En los últimos meses, las aguas del Atlántico Norte vienen registrando temperaturas muy por debajo de lo normal para esa zona, lo que está provocando un patrón de temperaturas más frías en el oeste de Europa, con tendencia a trasladarse hacia el sur estas últimas semanas.
Interesante, cuanto menos, todo lo que viene sucediendo este año con el fenómeno de ‘El Niño’ en el Pacífico y los distintos comportamiento anómalos, tanto de ciertas zonas oceánicas como en cuanto a situaciones meteorológicas que se salen de lo común para una determinada época del año.
En esta ocasión hacemos referencia a las importantes anomalías térmicas que presenta actualmente el Atlántico Norte, con una situación ‘dipolo’, con temperaturas por encima de lo normal en las latitudes subtropicales, pero también muy por debajo de la media más al norte, al oeste de Europa.
Nos centramos en la presencia de una importante ‘piscina’ de agua demasiado fría en el Atlántico Norte. Una anomalía fría que comenzó frente a las costas orientales de Canadá y que, a fecha de hoy, se extiende ya por gran parte de las altitudes medias del Atlántico Norte.
Ha tenido una evolución de oeste a este en los últimos meses, situándose a día de hoy frente a las costas occidentales de Europa. Bien es cierto que los mínimos de temperatura han quedado más suavizados; antes con una anomalía de hasta -4 y -5ºC, mientras que ahora la anomalía es de -1.5 y -2ºC. Eso sí, hablamos de temperaturas medias, así que no hay que subestimarlas.
Hay cierta preocupación entre profesionales y aficionados del ámbito meteorológico. Se está especulando mucho sobre sus causas y, sobre todo, posibles consecuencias que esté por traer en los próximos meses de persistir esta situación. Se habla de que, quizás, esta circunstancia pueda estar debilitando o desacelerando, en parte, la Corriente del Golfo en su camino hasta Europa.
Recordemos que la Corriente del Golfo es una especie de cinta transportadora que bombea agua más cálida desde latitudes tropicales (el Mar Caribe y el Golfo de México) hasta el Atlántico Norte, y ello permite un clima mucho más suave aquí en Europa para la latitud en la que nos encontramos.
Pues bien, su debilitamiento o, en este caso, enfriamiento de su tramo final, puede provocar un patrón de tiempo más frío de lo normal en todo el oeste del continente europeo. Una circunstancia que ya se viene observando a lo largo de estos últimos meses.
En la figura superior se ha elaborado una animación con los mapas de anomalía de temperaturas de los últimos meses, de junio a septiembre, en el Atlántico Norte.
Durante la primera mitad del verano, las temperaturas estuvieron por debajo de lo normal en algunas zonas del oeste de Europa, aunque todavía demasiado al norte (en el Reino Unido sobre todo). Mientras tanto, en la Península Ibérica estábamos bajo los efectos de una intensa y persistente situación de altas temperaturas, que incluso dejaba algunos récords absolutos de calor.
Sin embargo, a medida que esa zona de agua más fría de lo normal se ha ido desplazando hacia el este y sur, el efecto en las temperaturas se ha ido notando también en el resto del oeste de Europa, incluso aquí, en la península, sobre todo a partir de agosto y hasta ahora, en septiembre.
Merece la pena observar la evolución de las anomalías de la temperatura del agua en el Atlántico Norte, en las que vemos cómo a finales de agosto experimentó un rápido calentamiento casi acercándolo a las condiciones normales (anomalía cerca de cero).
Pero a mediados de este mes de septiembre ha vuelto a enfriarse, probablemente debido a la propia actividad ciclónica en el Atlántico durante estas últimas semanas, provocado, quizás, también por la propia anomalía tan negativa que registraba en los meses anteriores.
Podría decirse que ha podido tratarse como de una especie de circuito cerrado que se retroalimenta: un hecho provoca unas consecuencias, y éstas a su vez refuerzan el hecho que las ha provocado.
-¿Qué relación hay entre el mar y la atmósfera en este caso?
Que encontremos una zona tan extensa con temperaturas del agua del mar más frías de lo habitual hace que, por ejemplo, ya en esta época del año en la que comienzan a producirse desplomes de aire frío desde latitudes altas hasta latitudes medias, no es lo mismo que una masa de aire sobrevuele una masa de agua con temperaturas más cálidas (que acaba por calentar rápidamente la masa de aire), a que lo haga con temperaturas más frías de lo normal (que el calentamiento de la masa de aire será más lento o menor que en condiciones normales).
Por tanto, las masas de aire podrán llegar a latitudes medias con temperaturas algo más frías de lo que lo suelen hacer, lo que dejaría esa probable tendencia a que las temperaturas sean más bajas de lo normal en amplias zonas de la mitad oeste de Europa, incluida la Península Ibérica.
No está nada claro qué es lo que podrá suceder durante este otoño-invierno en Europa pero, de persistir esa inmensa anomalía fría en el Atlántico Norte, podrá influir en gran medida en la situación de cara a esta nueva temporada en el oeste de Europa.
Tampoco se puede saber con certeza si en uno o dos meses ésta anomalía desaparecerá o no del Atlántico Norte, pero, en principio, las previsiones a muy largo plazo siguen mostrando esa región de agua más fría frente a las costas de Europa, como muestra la previsión del modelo del Centro Europeo (ECMWF) en el mapa superior.
Sin duda, seguimiento más que interesante de toda esta situación para aquellos amantes de una ciencia tan variable y caótica como la meteorología. Saldremos de dudas en los próximos meses.
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