Campamento Dignidad vuelve a la calle para reclamar una vivienda digna
26 de Enero de 2017
Campamento Dignidad ha vuelto a salir a la calle para exigir a la Junta que paralice los desahucios en Extremadura. Muchos afectados por estas actuaciones se han congregado en la Plaza de Santa María de Mérida para reivindicar el derecho a una vivienda digna.
Paco González, portavoz de Campamento Dignidad ha asegurado que la empresa que más desahucios acomete es la Junta, criticando a su vez la Ley de Emergencia de Vivienda que hoy se debate en la Asamblea de Extremadura. Como alternativa, tanto los Campamentos Dignidad como la Plataforma de Afectados por Hipotecas han pedido a la Junta que se imponga ante las entidades bancarias y “no permita que haya gente sin casas ni casas sin gente”.
Una ley insuficiente que afecta al más pobre, indica González. Asimismo dice que “a Vara se le tenía que caer la cara de vergüenza por echar a una familia con niños a la calle con el frío que hace”, y recuerda el caso de Esmeralda Salazar y su familia que han tenido que dormir durante 6 días en un coche debido a un desahucio de una vivienda social.
En este sentido, el portavoz de Campamento Dignidad ha alertado de los posibles desahucios que se van a llevar a cabo.
Pero hemos podido contar con el testimonio de otro hombre. Furgencio Pozo nos cuenta que a su vivienda han llegado recibos de la contribución de 7.000 euros, algo que “no se puede asumir”, dice. Por lo tanto, lamenta que en un futuro “me quitarán esta vivienda, porque yo no puedo pagar esa cantidad”.
ALDEA MORET
Álvaro Murillo, representante de los vecinos de la barriada Aldea Moret de Cáceres, también ha estado presente en esta manifestación y ha contado a los medios la situación en la que viven los vecinos de esta zona. Asegura que la construcción de estas viviendas roza la ilegalidad y explica que en su día investigaron porqué varios arquitectos decidieron no seguir adelante con la obra.
Murillo asegura que se fueron porque los propios arquitectos sabían que se estaba construyendo en una zona peligrosa, ya que antiguamente era una zona minera.
“Se ha convertido en un gueto, está completamente abandonada y no ponen solución”, dice enfadado. Además indica que hace dos años, la alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado visitó la barriada y atendió a la demanda de sus vecinos pero “no ha llevado a cabo ninguna de nuestras propuestas”.
Por ello, vuelven a pedir que el Ayuntamiento cacereño resuelva las cuestiones estructurales de estas viviendas, así como los focos de infección en el que se han convertido muchas de ellas.
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