Carta de despedida de Juan Carlos Almeida al recién fallecido Procurador Hilario Bueno Felipe

Hilario Bueno Felipe (Badajoz 1946) falleció en Badajoz en la madrugada del pasado viernes 13, horas inhábiles para un Procurador, horas de descanso. Las hábiles, casi todas, las reservaba para el ejercicio de su profesión a la que defendió, cuidó y se entregó como si de un miembro de su familia se tratara, atendiendo lo suyo y lo de los demás cuando se acercaban a pedir consejo. Ahí estuvo siempre Hilario, nuestro Decano. Y como sufridores, como siempre, su familia. Marisa Luisa y sus cinco hijos: Rafael, Maria Luisa (Marisina) Miguel e Hilario ( Yayo).

Cuarenta y nueve años de ejercicio profesional le contemplan, 20 de ellos como Decano del Colegio de Procuradores de Badajoz, ahí es nada, como diría alguien conocido, “no te pido que me lo mejores, iguálamelo solamente”. Veinte años en los que se encontró con todo tipo de problemas que acuciaban su profesión, y en los que trabajó denodadamente en su defensa. Viajes continuos a Madrid, donde formó parte, durante estos años, del Consejo General de la Profesión (CGPE), de su Permanente y de la Comisión Deontológica. Y tras los viajes, deprisa, deprisa, al despacho “a ver qué ha pasado en mi ausencia”. Creo que nunca pasó nada, o muy poco; dejaba a su oficial al mando: Alfonso. ¡Qué grande!

Durante su mandato como decano se produjo el verdadero “sorpaso”, se arrinconaron las viejas máquinas de escribir, viejas pero funcionando sin descanso con sus calcas y papel cebolla, ocupando su lugar las eléctricas, y poco después las pantallas de los primeros ordenadores. En los Juzgados, hasta entonces, solo conocían las de las televisiones de las casas, pero Hilario, en su despacho, siempre estaba a la última. Cuando llegaron al Juzgado, ya hacía varios años que venía de vuelta. Siempre puntero en tecnología, en tener lo mejor para proporcionar a sus clientes el mejor servicio. Y recientemente la llegada de LexNet. Cuantos quebraderos de cabeza en sus inicios. Si, y en todos estos grandes momentos, en todo este camino recorrido, mucho tuvo que ver nuestro compañero Hilario, nuestro Decano.

Como debería quedarle, en algún hueco, algo de tiempo, durante años colaboró, desde su creación, con el Seminario de Prácticas Forenses, dependiente del Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Badajoz, donde

impartió clases dentro de los Cursos de Práctica Procesal, siendo miembro desde 1994 del Consejo Rector de dicho seminario, brindándole todo ello la oportunidad de compartir con sus colegas Decanos del Colegio de Abogados y respectivas Juntas de Gobierno, el éxito de estas Prácticas.

Siempre implicado en la defensa de la Profesión frente a aquellos que, sin conocerla, la criticaban. Y así, en el año 2005, en reconocimiento de toda su trayectoria le fue concedida por el Ministerio de Justicia la Cruz Distinguida de 1ª Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort.

Todos sentimos su marcha, su familia con Marisa y sus hijos a la cabeza pero también la gran familia judicial que tuvo el honor y placer de conocerlo y tratarlo.

Un fuerte abrazo amigo, compañero y decano.

FIRMADO: Juan Carlos Almeida Lorences, Decano Ilustre Colegio de Procuradores de Badajoz