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La desgarradora carta de la madre de la niña que sufrió una agresión sexual en Montijo (BA)

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8 de Diciembre de 2023

La desgarradora carta de la madre de la niña que sufrió una agresión sexual en Montijo (BA)

 

Hace unos días conocíamos que la consejería de Educación había cerrado el protocolo por presunto acoso escolar a una alumna de un colegio de Montijo. Al no haberse iniciado procedimiento disciplinario, consideran que no procede aplicar medidas correctoras.

 

La Asociación Contra el Acoso Escolar (Acoes) es quien está llevando el caso y guiando a la familia afectada, luchando por hacer justicia ante tales hechos.

 

La niña sufrió agresiones sexuales por parte de tres compañeros de clase, según expusieron. Debido a la edad de los niños, todo quedará en el olvido pronto, pero la menor sigue “sufriendo pesadillas” después de lo que le hicieron, denuncia su madre.

 

CARTA ÍNTEGRA

 

                  Sí, soy yo, la madre de una de las niñas víctimas de agresión sexual en un colegio Montijo, ese que habéis visto en las noticias. La madre de una niña destrozada, de una familia profundamente herida, rota de dolor, desgarrada, desconsolada ante una sociedad donde sobran los perjuicios, los favoritismos  y el egoísmo y falta un valor tan básico e importante como la EMPATÍA. La misma que escucha comentarios del tipo "han sido cosa de niños" o "vaya fama que le están dando al colegio"... que no es otra que la fama que se ganan a pulso con su trabajo.


                  Sí, soy yo la que escribe entre lágrimas, la que tiene que ver a su hija desprotegida entrar en un colegio al que no quiere ir, porque uno de sus agresores sigue dentro, mientras Educación y demás políticos miran para otro lado, cerrando un caso más de los de aquí no ha pasado nada, sólo les importan sus intereses y salvar sus puestos, aunque para ello tengan que defender lo indefendible, porque los protocolos de acoso escolar que usan, en los cuales es el centro educativo juez y parte, no sirven, están confeccionados para darles la razón, mientras ella, mi niña, sigue teniendo pesadillas por lo que le hicieron durante todo un curso escolar tres menores ante los ojos "ciegos"  de sus cuidadores, porque desgraciadamente esto ha pasado dentro de un colegio de Montijo en el horario del recreo.


                  Sí, soy yo, la que acude a terapia con ella todos los miércoles desde el pasado mes de julio, para trabajar con el profesional competente y ayudarla a superar la inseguridad y el miedo que le ha creado esta situación de trato vejatorio, humillación y violencia que ha vivido durante todo un curso, soy yo la que le acompaña en el baño mientras se ducha para vigilar que no se limpie en exceso (como acostumbra) porque se siente sucia por lo que le hicieron o mientras se mira al espejo y se tira del pelo porque dice que es fea, mi preciosa y pequeña niña.


¿Dónde están ahora los defensores de la igualdad? ¿Dónde están los que dicen "no a la violencia"? ¿Dónde están los protocolos tan efectivos de acoso escolar que defiende la "Junta de Extremadura"? Todo mentira, tapaderas para excusar su culpabilidad, un recurso para terminar diciendo aquí no ha pasado nada, pues claro señores son una mayoría aplastante y se defienden desde el primero hasta el último.


                   Sí, soy yo la que escribe esto, con cara de tonta, viviendo y sufriendo en mis propias carnes como se vulneran los derechos de mi hija menor por tener 6 añitos, cargando con el peso de un protocolo absurdo que juzgan y condenan los mismos que consienten. ¿Hay derecho a esto? Desde aquí, quiero hacer un llamamiento oficial a todas estas familias que os sentís como nosotros, desamparados, sólos y soportando la mirada crítica de los que os juzgan duramente porque no les ha tocado a ellos. Qué pena no ser familia de... Por favor, no os calléis, salgamos a la calle, alzad vuestras voces, defender a vuestros hijos e hijas, son nuestro mayor tesoro y por ser menores se encuentran desgraciadamente en una total indefensión. Luchemos por sus derechos, porque ir al colegio sea algo que les haga feliz y de lo contrario que haya protocolos efectivos, más vigilancia en los patios y baños y una sentencia justa para los culpables. Esta cicatriz deja una herida eterna en ellos y sus familias. Gritad conmigo fuerte: ¡Queremos que nuestros hijos e hijas vayan seguros al colegio! ¡No al bullying! ¡No a la violencia de género! ¡No a las agresiones sexuales!


                    Sí, soy yo la que me despido, agradeciendo de corazón a todos aquellos que nos apoyáis.

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