Cuestionan el talado de la palmera centenaria de la plaza de España de Mérida
11 de Enero de 2016
Durante la mañana del lunes 4 de enero, varios operarios comenzaron a talar una palmera ubicada en la plaza de España de Mérida, concretamente en el extremo sur, a la izquierda de una de las escalinatas de la mencionada plaza.
Fue talada hasta cierta altura, una operación que no duró demasiado tiempo, en cuestión de minutos fue acordonada una zona de seguridad y una grúa con un operario equipado con motosierra comenzó a talarla. La apariencia de la palmera mantenía cierta inclinación, además, ese día el viento hacía que se balanceara.
Desde Ecologistas en Acción manifiestan que cuando llegaron los operarios, incluido el técnico responsable de la operación, fue preguntado por ¿qué ocurría con la palmera y por qué iban a talarla?, a lo que el técnico contestó que: “le habían avisado de que había crujido” y ante la alarma y según su verificación visual de una “fisura en el tallo”, así como en apariencia “una cierta tensión” del cableado de luces que reposaba sobre ella, el criterio fue talarla “para curarse en salud”, ya que, al día siguiente iba a pasar la Cabalgata de Reyes por allí y si acontecía algo la “responsabilidad” iba a ser suya.
Ante tal respuesta, algunas personas que se encontraban en el lugar alegaron si no podían interponer otras medidas “antes de cortar una palmera tan antigua y significativa como esa”, pero no hubo lugar ni tiempo para otras opciones probables como acordonar la zona hasta verificar más en profundidad su estado y peligrosidad, sujetarla con cintas flexibles a alguna estructura sólida cercana, apuntalarla,…
A las 14:30 horas de la tarde la palmera estaba ya en el suelo, cortada en trozos, se la llevaron en un camión de parques y jardines desapareciendo todos los operarios de allí con ella. Quedó en pie “como triste testimonio” la parte inferior del estípite de la palmera, el cuál, fue cortado en algún momento “sin mucho público delante”, entre el lunes por la noche y el martes 5 antes de las 10 de la mañana.
A raíz de un artículo de opinión publicado en “eldiario.es” bajo el título “Una vida de más de 100 años” el ayuntamiento emeritense remitió una nota de prensa que contenía el informe técnico que tuvo en cuenta la Delegación de Parques y Jardines para tomar la decisión de talar la palmera. En el último párrafo se dice que “al cortar lo que quedaba de palmera el día 5, se observó que presentaba signos de pudrición interna”, adjuntando fotos de la misma.
INTERROGANTES
A partir de aquí, desde Ecologistas en Acción ponen en entredicho varios elementos, cuestionando no sólo la actuación llevada a cabo, sino sobre todo lo que subyace bajo ella.
“Un signo de pudrición no es un signo de caída inminente, ni en el caso de una palmera ni en el de un árbol, ya que, hay árboles huecos que siguen viviendo, que además tienen una perfecta estabilidad y otros árboles aparentemente en buen estado se caen porque su estructura radical (raíces) ha sido seriamente dañada, cosa no poco frecuente en el arbolado urbano”.
Por ello, creen “que lo serio y riguroso -y por supuesto lo que merece el arbolado de nuestra ciudad- es que en casos como éste (de determinación de si un árbol puede ser un peligro o no) se siga un protocolo de actuación justificado y estudiado -en el que la tala se contemple siempre como última opción-, es decir, que existan unas decisiones basadas en un buen Plan de Gestión”.
Esto “indiscutiblemente” llevaría a disponer de un inventario exhaustivo del arbolado, con revisiones programadas, donde se pueda contrastar su estado con la situación anterior y dar respuesta a los cambios detectados en los árboles. Los notables avances de las técnicas de diagnóstico y tratamiento en los últimos años (georradares para estudiar el estado de la raíz, tomógrafos sónicos o tomógrafos de impedancia eléctrica para detectar huecos o madera podrida, resistógrafos que miden la resistencia de la madera, etc.), junto con una adecuada formación de los profesionales así como la concienciación de la ciudadanía y de los ayuntamientos en la elaboración y dotación de planes de gestión “harían que la gestión del arbolado urbano fuera más rigurosa”.
“FALTA DE RIGUROSIDAD”
Los árboles, apuntan, “como seres vivos que son necesitan continuos cuidados y más cuando viven en un ambiente hostil como la ciudad. Revisar el estado de los miles de árboles de una ciudad es un esfuerzo enorme cuando no se ha hecho nunca o hace años que no se realiza”.
“Quizás la palmera tenía que ser cortada”, añaden, “pero no nos parece serio y riguroso el comentario de un responsable técnico de hacerlo para -curarse en salud- antes de ejecutar la tala de la misma”.
“Los árboles no son un peligro, lo son en la medida que los responsables de su vida y mantenimiento no las gestionan correctamente. El árbol no puede ser una amenaza potencial para la ciudadanía. No hay que tener miedo a los árboles grandes. Los árboles deben recibir una buena gestión, se debe velar para que los árboles no presenten peligros o constituyan amenaza constante para la seguridad de la ciudadanía y los bienes que lo rodean, para ello hace falta gestión y presupuesto”.
Desde Ecologistas en Acción prosiguen manifestando que “Así como la ciudad de Mérida es Patrimonio de la Humanidad, sus restos arqueológicos, su trazado urbano…, entendemos y queremos que también lo sean los árboles y vegetales que viven en la misma. ¿O es que estos seres vivos tienen menos valor para la Humanidad y merecen menos respeto que el patrimonio artístico y cultural de piedra de nuestros antepasados? Entendemos que el arbolado de nuestras ciudades forma parte de ese patrimonio a conservar, patrimonio natural pero al mismo tiempo cultural y social”.
UTILIDAD
El colectivo ha explicado cómo sería imaginar una ciudad sin ellos. Nos dan oxígeno, absorben la contaminación y el polvo, reducen la temperatura y dan sombra, aportan humedad y frenan el viento, aumentan la biodiversidad, sirven de refugio de fauna, espacios públicos de calidad y belleza, incluso aumentan el valor monetario del suelo, nos dan salud y bienestar, manifiestan.
Desde el movimiento ecologista consideran que el arbolado no es tratado correctamente desde tiempos lejanos, y se preguntan si ¿siempre ocurrió así?, ¿desde cuándo el ser humano dejó de tratar bien a los árboles cercanos? Talas con criterio “a nuestro parecer sesgado y escaso, podas abusivas, falta de protección frente a obras y zanjas, cosificación de los mismos en objetos puramente ornamentales, falta de programas educativos de sensibilización y divulgación sobre los árboles de la ciudad,… y tantas otras maneras de hacer o de no hacer, a nuestro parecer, sin sentido común”.
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