La población de gorrión común ha descendido un 20%
20 de Marzo de 2024
Las áreas cubiertas por vegetación herbácea son una fuente de alimento, semillas e insectos, que son aprovechadas por el gorrión común y otras especies silvestres en la ciudad.
"Es importante constatar la belleza de los espacios "asalvajados" en las ciudades, ya que son capaces de albergar una mayor biodiversidad que las áreas verdes en las que se realiza un mantenimiento intensivo. SEO/BirdLife viene desarrollando estas y otras medidas de naturalización que benefician a especies de aves urbanas, como el gorrión común, en ciudades como Santander, Girona, Valencia o Pinto, en Madrid", señala Beatriz Sánchez del programa de Biodiversidad Urbana de SEO/BirdLife.
“La biodiversidad urbana es sin duda la base de las ciudades resilientes”, SEO/BirdLife considera que “los ayuntamientos deben apostar por la biodiversidad como elemento transversal, no sólo desde el punto de vista de la responsabilidad en su conservación. También se debe tener en cuenta el importante papel que debe tener la biodiversidad en la construcción de ciudades resilientes, su relevancia en la aportación de servicios ambientales básicos y, en definitiva, su repercusión en la mejora de la calidad de vida de los habitantes de los entornos urbanos”.
Lo que le pasa al gorrión, nos pasa a los seres humanos
Al igual que el canario en la mina, lo que le pase al gorrión común debería servir como aviso de lo que le puede pasar a las personas que viven en los entornos urbanos. "Y las noticias no son buenas porque, a pesar de su abundancia y amplia distribución, en las últimas décadas se han detectado declives de sus poblaciones. En algunas ciudades de Europa, como Londres y Praga se produjo un gran descenso de sus poblaciones", indican desde la organización, estimando a su vez que "en las últimas tres décadas Europa ha perdido el 60% de las poblaciones de gorriones comunes".
En España, según los últimos datos del programa de seguimiento de aves Sacre de SEO/BirdLife las poblaciones de gorrión común han descendido casi un 20% desde que se registran sus datos con el programa Sacre (1998). Aunque como se observa en la gráfica, su evolución presenta altibajos, propios de la dinámica de las poblaciones de pequeñas aves.
Para esta especie la acumulación de declives es mayor que la de aumentos, por ello, con el paso de los años, la población cada vez es menor respecto a 1998. De todas formas, también se observa que este descenso sucedió principalmente en la primera década de estudio, mientras que en los últimos diez años se está estabilizando.
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