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Las comuniones, también de “low cost”

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25 de Abril de 2015

REDACCIÓN

Las comuniones, también de “low cost”

La primera comunión de los hijos es un momento que todos los padres tienen señalado en rojo en el calendario. Y no sólo porque sea un día especial para ellos, sino también porque las costumbres sociales las han convertido en una “miniboda” que, como las de los mayores, exige un gran desembolso.

Sin embargo, la Unión de Consumidores de Extremadura asegura que hay que considerar si realmente es necesario semejante sacrificio y contemplar alternativas que, siendo mucho más económicas, permitirán una comunión de primera.

Uno de los aspectos a los que más importancia se da es cómo irá vestido el niño. Por lo general, las niñas suelen llevar un vestido de organdí (con un precio de entre 195 y 690 euros) y los niños de almirante (nunca menos de 190€). La alternativa del vestido “de calle” es más económica (entre 100 y 200 euros), pero sigue siendo cara. Teniendo en cuenta que, en la mayoría de los casos, estas prendas serán usadas una sola vez (o algunas más si es un vestido más informal, pero nunca formará parte de su vestimenta habitual), ¿merece la pena gastar tanto? Afortunadamente, hay cada vez más alternativas.

Entre ellas, la de pedir un traje o vestido a algún familiar o amigo: arreglarlo para adaptar la talla y añadirle nuevos adornos y detalles, algo que podrá salir por unos 40 euros. Si no existe esta posibilidad, siempre se puede recurrir al alquiler. Igual que cuando asistimos a una boda alquilamos el chaqué, los establecimientos que se dedican a este negocio ofrecen multitud de opciones desde 85 euros para las niñas y 75 para los niños. También es muy frecuente la compra de vestidos “seminuevos”, lo que abre otra posibilidad: vender nuestro vestido una vez pasada la celebración.

En cuanto a los zapatos y otros complementos, es evidente que no vamos a poder alquilarlos. Pero sí podemos optar por comprar zapatos convencionales y confeccionar algún adorno para darles otro aire. Así, al precio de esos zapatos, que además podrá volver a ponerse, habrá que sumarle únicamente el de los adornos: en total, no deberíamos pasarnos de 35-40 euros. El mismo sistema podemos seguir con la diadema o el bolsito: estos complementos podemos comprarlos muy sencillos y adornarlos nosotros mismos.

Por otra parte, es habitual que porten una medalla o cruz y un rosario. En este caso, les hará mucha ilusión llevar el que usaron sus padres o abuelos. Una buena limpieza y puesta a punto no nos costará nada y podremos ahorrarnos unos 80 euros.

En cuanto al banquete, que es la partida económica más importante de una comunión, lo habitual hasta ahora era gastarse, como mínimo, 25 euros por comensal. Pero es posible ahorrar, y mucho. En Extremadura, es habitual que todos conozcamos a alguien que nos pueda prestar “su campo”: algún familiar o amigo tendrá alguna parcela donde podamos montar un catering informal, mejor aún si es preparado por nosotros mismos. Si no existe esa opción, siempre podemos celebrarlo en casa (además, tendremos excusa para no acoger a muchos invitados por la escasez de espacio) o incluso alquilar algún local.

Si optamos por encargar el catering a algún profesional, el precio parte de 10 euros por persona, y llega hasta 28 si nos ofrecen también la decoración, la cubertería y el servicio. Para quienes prefieran una celebración más convencional también hay posibilidades de ahorro. Uno de los mayores errores que cometemos es encargar el banquete en un restaurante especializado que nada más oír que vamos a “celebrar la comunión” multiplican el precios de sus menús; sin embargo, podemos recurrir a un restaurante convencional y solicitar un menú del día para nuestros invitados, menús que parten desde 8 euros con salón reservado.

Otro de los elementos que nunca falta es la inmortalización del evento. Antes del mismo, mediante la invitaciones, que podemos ahorrarnos si las hacemos en casa. Existen en la red multitud de programas gratuitos que nos ayudarán a elaborarlas de forma muy sencilla; luego, las imprimimos en un papel de buena calidad y las ensobramos en sobres decorados. O, mejor aún, podemos crear un “powerpoint” divertido y enviarlo a todos los invitados; nuestros hijos disfrutarán haciéndolo y seremos originales.

También es habitual contratar a un fotógrafo para la ceremonia. Una muy buena opción es ponerse de acuerdo con las demás familias que vayan a celebrar la comunión ese día y pagarlo entre todos; o, mejor aún, contar con la colaboración de algún familiar o amigo que tenga una buena cámara para que haga ese trabajo. El hecho de no contar con un profesional no nos impedirá obtener un buen recuerdo en forma de álbum, pues existen varias empresas en internet que, por muy poco dinero y de forma muy sencilla, nos ofrecen la posibilidad de crear nuestro propio foto libro (por ejemplo, un foto libro de 30 páginas, con papel de alta calidad y tapas acolchadas, nos saldrá por unos 50 euros, frente a los 265 que nos costará, de media, un álbum tradicional con 30 fotos).

En cuanto a los recuerdos que suelen entregarse, no nos engañemos: la mayoría terminan en el fondo de algún cajón. Por eso, no merece la pena gastar dinero en ellos; podemos recurrir a esas mismas fotografías que hemos hecho y, a través de la red, montar algún recordatorio original (desde 15 euros por 30 recordatorios).

En resumen

La Unión de Consumidores aseguran haber comparado los precios máximos y mínimos de cada una de las partidas contempladas, para encontrar un precio medio que, el año pasado, rondaba los 3.000 euros para una comunión de 30 invitados.

Este año, han optado por incluir una tercera opción “low cost” que en ningún caso quiere decir que sea peor; es verdad que nos costará algo más de trabajo porque muchas cosas tendremos que hacerlas nosotros mismos (recordatorios, invitaciones, banquete,…); pero creemos que merece la pena, pues el coste estimado no superaría los 700 euros, es decir, casi 1.000 euros más barato que la opción convencional más económica.

El consejo de la Unión de Consumidores es claro: "imaginación, implicación de los hijos y algo de trabajo, mejor que un gran dispendio económico".

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