Denuncian que las obras en el río Zapatón son "un despilfarro de dinero público sin sentido"

El río Zapatón nace en la sierra de san Pedro, en Aliseda, y tras discurrir durante más de 50 kilómetros por los términos de Villar del Rey, Alburquerque y Badajoz, desemboca en el río Gévora. Su curso natural fue interrumpido por la construcción de la presa de Peña del Águila, cuyo embalse inundó valiosos parajes de dicha serranía, llegando casi hasta el bello castillo de Azagala. 

Como informaba este medio, la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) pretende aumentar su cauce fluvial con el fin de prevenir avenidas y mejorar el estado ecológico del río. 

Desde el Fondo para la Defensa del Patrimonio Natural y Cultural de Extremadura (FONDENEX) han denunciado que se rata de “una inversión sin mucho sentido, un despilfarro de dinero público sin justificación, salvo en algún tramo puntual y concreto”. 

Según exponen, el río Zapatón “nace en una ZEPA, la sierra de San Pedro, discurre por parte de ella y desemboca en otra ZEPA, el río Gévora, constituyendo un corredor ecológico de excepcional importancia”. Por ello, señalan que “restaurar estas graveras es loable, pero sería inadmisible que se destruyeran las valiosas saucedas y otras zonas de bosques de galería que están muy bien conservadas y que nada tienen que ver con estas zonas alteradas”. 

Además, apuntan que “en 1988, ya se paralizó una de estas graveras, autorizada por la CHG pero sin permiso de la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura”. 

En este sentido, recriminan que “los grandes impactos producidos por las extracciones de áridos son responsabilidad de la CHG y de la Comisaría de Aguas, que los permitieron a pesar de lo que señalaba la legislación vigente”. Es decir, “hicieron la vista gorda cuando se convertían las riberas del río Zapatón en paisajes lunares para fines particulares y ahora, con dinero de todos los españoles, pretenden 'arreglar' los destrozos que estos organismos consintieron”, denuncia FONDENEX. “¿ Por qué no lo pagan de sus bolsillos los ingenieros y funcionarios de la CHG que dieron luz verde a las graveras?”. 

Sin embargo, indican que lo más grave del proyecto reside en el estudio de impacto ambiental, que “caducó, nada menos, que en 2016, por lo que las obras no se pueden comenzar hasta que se haga uno nuevo, tal como marca la ley 21/2013 de evaluación de impacto ambiental en su artículo 43”. 

Por ello, y al afectar a terrenos de la Red Natura 2000, FONDENEX asegura que “informará a los organismos competentes de la Comisión Europea, reservándose las acciones legales pertinentes contra la CHG”.