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Editorial

Los fulgores del Milenio

Editorial

23 de Julio de 2015

Los fulgores del Milenio

Las elecciones locales han pasado y nuestro Ayuntamiento, excelentísimo, ha cambiado su mayoría, pero poco sus formas. Y, como la mayor parte de los componentes del equipo de gobierno continúan, incluyendo la concejala de Cultura, bueno sería que explicasen al respetable los motivos de la celebración del ‘Milenario del Reino Taifa de Badajoz’, el gasto producido y el beneficio obtenido, y el porqué del apresuramiento, cuando había, como mínimo, tiempo hasta 2020 – con los datos históricos en la mano – para hacerlo.

Podría haberse preparado con cuidado, para, aprovechando la ocasión, hacer algo serio. No sólo en sentido científico, sino también lúdico. En definitiva, para aportar algo al conocimiento de la ciudad y de la región y, quizás, para atraer turistas – obsesión donde las haya – con un programa de calidad.

Se debía haber tratado de conjugar lo divertido con lo divulgativo y, si me apuran, con lo investigador. No era cuestión de gastar grandes cantidades, aunque, puestos a invertir – porque de inversión se trata – esta corporación es capaz de dilapidar miles de euros en eventos propagandísticos y luego de descuidar otros serios convirtiéndolos en vulgares botellones. 

Se contó con la ayuda de la Consejería de Cultura. ¿Qué aportó a estos actos? ¿Conocimiento, calidad, nivel? Ni pensarlo. Era de esperar, habida cuenta del saber que sus gestores tienen de lo árabe, batalyusí o no. Una exposición epigráfica de rinconera, una publicación supuestamente técnica, menos que mediocre, y unas “jornadas científicas”, con buenos especialistas desaprovechados y, en gran medida, manipulados. Ni hablaron de temas nuevos, ni de Badajoz y con un horizonte histórico tan corto como el habitual aquí. ¿Se les preguntó su opinión sobre las obras de la Alcazaba? Era un buen momento para intentar blanquear esos trabajos.

Algunos de ellos han participado, en otros lugares, en debates para salvar monumentos y restos arqueológicos importantes. Aquí parecen haberse olvidado. ¿Qué les importaba a ellos Badajoz si les invitaban a jamón?

La exposición trajo,  como novedad – que no lo era – las dos magníficas inscripciones aparecidas en el siglo XIX al derribar el cuartel de La Bomba. Se editó un folleto a guisa de catálogo y, para colmo, una de ellas estaba mal leída. Ya podían haberse quedado depositadas, temporalmente, en nuestro Museo Arqueológico, puesto que, en el Nacional, reposan injustamente en los  almacenes. Su calidad y valor históricos merecen la visibilidad. Otra oportunidad desperdiciada.

No hablemos de la muestra de libros abierta con ese propósito en la Biblioteca de Extremadura. ¿Qué fue eso? Ni siquiera se exponían todas las obras y trabajos referidos a la época árabe en estas tierras. ¿Cuál fue su impacto? ¿Qué sabe esa biblioteca de lo que es eso si sobrevive al margen de la vida cultural de la ciudad? Se ha convertido en un mero contenedor de actos ajenos.

De las visitas guiadas no hablo. Eso se hace un día sí y otro también, organizadas por los más variopintos colectivos. Hasta por arquitectos sueltos a la búsqueda de imagen progresista.

Podían haber aprovechado la ocasión para corregir los folletos turísticos que se reparten en las Casas Mudéjares. Están sobrados de inexactitudes y errores y, por cierto, alguno, si no todos, escrito por uno de los mayores críticos del Ayuntamiento – ahora -.

Pero lo peor, con diferencia, fue la presentación oficial de todo el programa de actos. En la Casa Árabe de Madrid. El discurso del Sr. Alcalde, seguramente no escrito por él,  fue un desparrame de tópicos y de inexactitudes. Así no se vende nuestra ciudad. Y menos a un público especialista. Y, además, con ese toque racista que es negativo por sí mismo y, sobre todo, porque surge del inconsciente. No se puede llamar renegado a Ibn Marwan porque se ha escuchado decir que era cristiano y se convirtió al islam – que tampoco -, ante un auditorio con muchos musulmanes, entre ellos varios embajadores. Una provocación o una total falta de delicadeza. Ni a nadie se le ocurre publicar un folleto, digamos divulgativo, para escolares, donde se menosprecia alevosamente a los musulmanes.

No se trata de insistir en este asunto, ya pasado. Pero deberían rendirse cuentas de todos esos actos. Explicar, al menos, los motivos de tantos errores. Y la inversión. Ignoro si todo se pensó como un acto de propaganda, pero, si no fue así, no pudo hacerse de un modo más torpe.

Y es que, a nuestro ayuntamiento la Cultura le parece un mal necesario. Algo carente de valor. Las cosas sólo venden cuando tienen precio. Por eso prefieren actuaciones a conferencias. Fue una buena oportunidad desperdiciada, que tardará en volver a repetirse. Es una pena. En otras ciudades se hizo bien. Aquí los responsables del desaguisado siguen  siendo los mismos – concejala comprendida -   para mostrar lo falsas que son las reflexiones de la corporación sobre la pérdida de votos.

Los técnicos participantes, los soportes de la farsa, rendirán cuentas tarde o temprano. El mundo científico siempre las exige.

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1  comentario

Ernesto
30/07/2015 19:58 h.
El Alcalde Fragoso es un buen hombre, todos los grupos politicos deben ayudarlo a cumplir su mandato por el bien de badajoz.

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