OPINIÓN: Precaución amigo conductor
6 de Agosto de 2018
Este domingo la provincia de Tarragona se despertaba con un trágico suceso. Dos ciclistas eran arrollados por un conductor que fue detenido horas después y circulaba con su coche bajo los efectos de las drogas.
Lo que está sucediendo en España, semana sí y semana también, con los ciclistas en la carretera ya clama el cielo. ¿Hasta dónde habrá que llegar para que las cosas cambien y se respete a estos deportistas?.
Las fórmulas de concienciación dirigidas a los conductores parecen que no están surtiendo efecto y a las pruebas hay que remitirse. Los ciclistas y triatletas no paran de lanzar mensajes a través de las redes sociales mostrando su miedo cada vez que salen a la carretera.
Sin ir más lejos en las carreteras extremeñas también los deportistas se encuentran con esta problemática. Ninguno está exento de llevarse algún susto en algún momento de sus entrenamientos.
El triatleta Diego Paredes comentaba el pasado sábado en sus redes sociales que no sabía si llegaría a casa. En los 100 kilómetros de entreno estuvo a punto de ser arrollado por tres coches, incluso uno de ellos iba en dirección contraria.
Otra extremeña que ve que su vida peligrar cada vez que sale a la carretera a entrenar es la atleta, reconvertida en triatleta, Sonia Bejarano. La cacereña graba sus entrenamientos y lo que le sucedió el 30 de julio no lo olvidará.
En un entrenamiento que, hasta ese momento, había realizado sin sobresaltos, vio como un coche se puso a adelantar a otro (invadiendo el carril contrario) cuando ella transitaba por el arcén. El vehículo estuvo a punto, literalmente, de embestirla de frente y solo la sangre fría de Bejarano logró evitar la tragedia.
Parece ser que los ciclistas que circulen por la carretera deben tener una cámara, montada en su bicicleta, para ‘tomarse la libertad’ de denunciar estas prácticas que ponen en juego su vida.
Mientras tanto, quien circula en el coche, más preocupado de sí mismo y de llegar pronto a su destino, olvida que los ciclistas también tienen el derecho y las mismas ganas que ellos de llegar al hogar.
Sin embargo los ciclistas no solo corren peligro en las carreteras. Dentro de las ciudades la ley de la jungla campa a sus anchas y los ciclistas parece que son el eslabón más débil de la cadena alimenticia.
Aunque para hacer honor a la verdad algunos ciclistas deberían tener más conciencia y transitar por las ciudades con mayor precaución. El casco es obligatorio y un elemento de seguridad que puede salvar vidas y, a pesar de ello, muchos lo obvian.
Por todo esto, los ciclistas claman ‘precaución amigo conductor’. Ojalá en algún momento todos los ciclistas y los conductores que conviven en las carreteras puedan considerarse los unos a los otros como amigos.
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