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Badajoz

Seis días sin techo y durmiendo en el coche

Badajoz

24 de Enero de 2017

La familia de Esmeralda ha sido una de las afectadas por los desahucios ejecutados el pasado jueves en la barriada de Suerte de Saavedra. Un caso que al parecer no presenta causas asociales y que ha dejado en la calle, pernoctando en un coche, a los padres de dos niños de 2 y 4 años respectivamente.

Fernando de Las Heras (Podemos Recuperar Badajoz) ha denunciado este martes la situación en que ha quedado la familia de la joven pacense de 24 años de edad como consecuencia del desalojo ejecutado por la Policía Nacional, la pasada semana, en el domicilio que ocupaba la unidad familiar de cuatro miembros, con dos menores a su cargo.

El portavoz de Podemos ha lamentado que, a pesar de estar ante un asunto competencia de la Junta de Extremadura, el Ayuntamiento de Badajoz no articule los mecanismos necesarios para atender con carácter de urgencia la situación en que quedan estos ciudadanos “como en este caso, que de los tres afectados por los desahucios, no hay duda sobre que no existen factores de conflictividad”.

Esmeralda, que actualmente disfruta de un contrato de trabajo con el Ayuntamiento de Badajoz con carácter temporal, ha acompañado al edil de la formación morada para relatar el escenario al que se ha visto abocada tras los sucesos que desencadenaron el abandono del domicilio en el que vivía de manera “ilegal” desde hace tres años. Una vivienda “que tuve que ocupar al tener un niño de corta edad, siendo esta la única manera que encontré de poder dar un techo a mi pequeño”.

Entre lágrimas, la joven ha asegurado que se sienten plenamente integrados en el barrio "con mis hijos acudiendo a un colegio en su entorno, manteniendo una buena relación con nuestros vecinos y con nuestra vida allí".

Desde el jueves, cuenta Esmeralda, los menores pasan los días en casas de estos vecinos. "Nunca se nos ha ofrecido una solución a la situación irregular en que vivíamos y el único camino para encontrar una alternativa era el de entregar las llaves de la vivienda que ocupábamos por lo que teníamos que ir a la calle".

“Pedimos, sin exquisiteces, una alternativa que se adecúe a nuestras circunstancias laborales con mi marido en paro y yo trabajando de manera eventual, sin que suponga un alejamiento de mis hijos del entorno en el que han crecido”, ha concluido Esmeralda, visiblemente emocionada.

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