Incertidumbre para las CCAA tras el Estado de Alarma

El pasado domingo dejó de ser efectivo el Estado de Alarma en toda España, comenzando un proceso de desescalada que se ha visto envuelto en dudas sobre lo que se puede hacer, lo que no y porqué.

Sin Estado de Alarma ahora es misión de las Comunidades Autónomas ejercer el control de la pandemia en sus territorios y la Justicia será la responsable de dar el visto bueno a las nuevas medidas que estas quieran implementar.

Aunque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado a entender, por medio de un decreto-ley, que las autonomías ya disponen de recursos suficientes para combatir la pandemia, los dirigentes de las comunidades no están muy convencidos, al igual que los propios tribunales. Tal y como han criticado, ciertas limitaciones no pueden entrar en vigor sin un Estado de Alarma, pues afectan a los derechos fundamentales que recoge la Constitución como lo son las normas de reunión y circulación.

De este modo, ahora el plan de las Comunidades es plantear nuevos planes para la desescalada que consigan salir de forma íntegra y parcial según lo que dictaminan los tribunales. Así, hay medidas que seguirán vigentes después del 9 de mayo, como se acordó en el Consejo Interterritorial; sin embargo, las decisiones ligadas a los derechos fundamentales tienen que ser aprobadas por el Tribunal de Justicia de cada región.

Esto lleva a una discrepancia entre los distintos organismos del poder judicial en las comunidades autónomas porque, aparte de las Islas Baleares, la Justicia de la Comunidad Valenciana es la única que ha conseguido mantener el toque de queda. Como resultado, solo una parte pequeña de la población del país continúa con limitaciones con respecto al resto de España. Estas diferencias se deben, entre otras, a las alegaciones presentadas por las CCAA y a las estimaciones de la Justicia en cada reclamación presentada por las juntas regionales.

El Alto Tribunal define como “ambigua” esta reforma del recurso de casación para resolver las cuestiones relativas a las restricciones en los territorios, pues creen difícil cumplir con los plazos que establece el Gobierno e incluso ponen en duda la “constitucionalidad” de esta medida. Referido a esto, el presidente de la Sala Tercera, César Tolosa aclaró que se trataba de un informe no vinculante. De cualquier forma, Tolosa tiene planeado reunirse en los próximos días con las Salas de lo Contencioso-Administrativo con el objetivo de coordinar la puesta en marcha de los recursos de casación que llevarán al Supremo a ratificar las resoluciones de los tribunales autonómicos.

Por ahora, la situación se asemeja mucho a lo vivido con el ya desaparecido Estado de Alarma: Las comunidades se regirán por diferentes restricciones para controlar de primera mano la situación epidemiológica de sus respectivos territorios:

En Andalucía, Aragón, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Madrid, Extremadura, Galicia, La Rioja, Murcia, Euskadi, Ceuta y Melilla se pone fin al toque de queda; mientras que Baleares y la Comunidad Valenciana lo mantiene. Navarra sigue a la espera. Por último, el cierre perimetral se levanta en toda España.

Sin el Estado de Alarma que permita fijar unas medidas para casos excepcionales, además de adentrarse en un terreno desconocido, España también entra en uno de preocupación sanitaria. Tan solo unos minutos después de las 00:00 horas del domingo 9 de mayo ya se dieron los primeros escenarios de riesgo para que la situación vuelva a empeorar. En varias ciudades como Madrid o Barcelona ya acontecieron fiestas con aglomeraciones de un gran número de personas sin mascarilla ni distancia de seguridad que obligaron a las autoridades a actuar.

A pesar de ello, todo esto ha ocurrido en un contexto de tensa calma por los datos que ha compartido el Ministerio de Sanidad durante los últimos días que invitan al optimismo, sobre todo gracias al ritmo de vacunación que continúa inmunizando a la población de España. Además, la incidencia acumulada sigue bajando de forma notable y constante y muchos territorios ya empiezan a experimentar un cierto alivio, no solo en las cifras de casos diarios, sino también los hospitalizados, en los pacientes UCI y en el número de fallecidos.