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Monesterio y Hornachos, los pueblos del misterio

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3 de Mayo de 2018

Monesterio y Hornachos, los pueblos del misterio

El día 9 de este mes de mayo se cumple un año de la desaparición de Francisca Cadenas Márquez. Todo un año, 365 días con sus correspondientes noches, durante los que no se ha vuelto a ver a esta mujer, que nació en 1957.

Sus familiares no pudieron compartir con ella, el día 13 de noviembre del 2017, su 60 cumpleaños. Centenares de miles de personas en toda España desean que Francisca festeje su 61 cumpleaños en Hornachos, rodeada de sus familiares y vecinos.

A Francisca se la busca sin descanso desde que desapareció, en la noche del nueve de mayo del año 2017. Se han sondeado los pozos y las norias de Hornachos, se ha entrevistado a numerosas personas y el caso sigue abierto, pero Francisca Cadenas no ha vuelto a casa todavía. Alguien sabe muy bien dónde está, pero no lo dice, martirizando con su silencio a quienes quieren a Francisca.

COMO SI NO HUBIESE EXISTIDO

Ninguna de las pistas seguidas por los agentes de la Guardia Civil ha conducido, hasta ahora, a la localización de su paradero. Su caso está rodeado de misterio. Como si Francisca nunca hubiese existido, o como si su desaparición no fuese sólo el resultado de una acción ajustada al milímetro, de un delito perfecto que, aparentemente, nunca deja pista alguna, sino la fatal consecuencia de un error delictivo.

Es increíble que en pleno casco urbano de Hornachos y en un trayecto de medio centenar de metros desapareciese esta mujer, que salió de su casa para acercarle a sus padres a la niña que estaba cuidando.

Alguien debe de saber lo que pasó, pero nadie lo ha puesto en conocimiento de las autoridades y la investigación sigue abierta, y en la memoria de la ciudadanía.

SECRETO DE SUMARIO

La Guardia Civil investiga y el caso está en manos del Juzgado de Primera Instrucción de Villafranca de los Barros (Badajoz), cuya juez titular decretó el secreto del sumario hace unas semanas. En los primeros días de este mes de mayo, el secreto del sumario debe ser levantado o prorrogado.

En el caso de que se prorrogue, la letrada Conchi Galán, abogada de los familiares de Francisca Cadenas tiene la intención de recurrir la decisión judicial para poder acceder a los datos de la investigación. La letrada se queja de que, como representante de los familiares de Francisca, no sabe nada de la evolución del caso. Además, reclama que la UCO (Unidad Central Operativa) de la Guardia Civil, integrada por agentes especialistas en este tipo de delitos, se encargue de la investigación, como ocurre en el caso de la desaparición de Manuela Chavero Valiente, en Monesterio.

Mientras tanto, la noria de la sospecha no deja de dar vueltas, pero sus cangilones suben vacíos en medio de la oscuridad, del misterio y del silencio más descorazonador. ¿Qué ha sido de Francisca?

1.400 PERSONAS DESAPARECIDAS

En España se registran cada año unas 1.400 desapariciones. En casi la mitad de los casos, las personas desaparecidas son menores de edad. La gran mayoría de esas desapariciones se solucionan en muy pocas horas -uno o dos días- con el regreso de la persona desaparecida. Las primeras horas son cruciales a la hora de resolver cualquier desaparición.

Desgraciadamente, en otros casos, la desaparición se eterniza y las investigaciones entran en un círculo vicioso del que parece imposible salir debido a que no hay pistas nuevas y el repaso, una y otra vez, de las mismas hipótesis no aportan novedades. En esta última situación parecen encontrarse las desapariciones de Monesterio y de Hornachos.

PARALELISMOS

El caso de Francisca Cadenas tiene mucho de paralelismo con el de Manuela Chavero Valiente, desaparecida en Monesterio durante la madrugada del 4 al 5 de julio del año 2016, hace un año y diez meses, más de 667 días.

Dejó la puerta abierta, la luz encendida, el televisor en marcha, el teléfono en su casa… Decididamente, no pensaba ir muy lejos. Tal vez sólo a la puerta, para abrirle a alguien que esperaba o que conocía; lo más lejos, al coche de una persona en la que confiaba circunstancialmente detenido frente a su domicilio.

Manuela nació el día 6 de marzo del 1974, así que desapareció cuando tenía poco más de 42 años. Su familia no pudo festejar con ella ni su 43 cumpleaños ni tampoco el 44. Pero la sigue esperando.

Su caso es investigado por la UCO (Unidad Central Operativa) de la Guardia Civil, circunstancia que conforma a la familia, pero que tampoco ha dado hasta ahora un resultado satisfactorio. Aunque, ¿quién sabe si el día menos pensado…?

El sumario está en manos del Juzgado número 1 de Zafra, cuyo juez titular ha solicitado un traslado. Hay que confiar en que el relevo no tenga efectos negativos sobre la resolución del caso. Todo lo contrario.

Llama la atención que en una región como Extremadura, con las menores tasas delictivas de toda España, desaparezcan dos mujeres en dos localidades del sur del territorio regional, distantes tan solo 52 minutos en automóvil, 65 kilómetros por carretera.

Dos mujeres adultas desaparecen por la noche en dos pueblos cercanos en la provincia de Badajoz, con diez meses de diferencia sin que se hayan vuelto a saber nada más de ellas… Seguramente sea ese desconocimiento, ese misterio, esa sombra lo que más mortifica a los familiares de ambas desaparecidas, pues la esperanza reactiva el dolor e impide que cicatricen las llagas de la ausencia.

NO HAY NOTICIAS, ¿SON BUENAS NOTICIAS?

Los norteamericanos suelen decir que si no hay noticias es una buena noticia (no news is good news), pero es difícil calificar de buena la ‘calma chicha’ que se palpa tanto en Monesterio como en Hornachos, los pueblos del misterio, desde que la sorpresa, el miedo, la preocupación por la desaparición de ambas mujeres fue pasando de todas las conversaciones a comentarios aislados y al silencio absoluto, sólo sacudido por alguna noticia, algún recordatorio o algún acto de exigencia, de súplica, apenas ya de puro pesar.

Es verdad que las situaciones personales de Manuela y de Francisca eran muy diferentes en el momento de su desaparición, pero no es menos cierto que hay más paralelismos que divergencias.

Ambas se desvanecieron en la oscuridad y la falta de un rastro solido alienta una y mil conjeturas, a cada cual más inverosímil, sobre su paradero.

Tanto la delegada del Gobierno en Extremadura como los mandos de la Guardia Civil no se cansan de afirmar que la investigación continúa, aunque no se encuentre ni siquiera una pista que conduzca al paradero de las mujeres desaparecidas. “Comprendemos la desesperación de los familiares”, afirma la delegada del Gobierno. “Nosotros también la sentimos, pero desgraciadamente no puedo dar la noticia de que las hemos encontrado. Pero los casos no están cerrados y la investigación continúa”.

Hay que seguir buscando. Extremadura se lo debe a Manuela, se lo debe a Francisca y se lo debe a sí misma. Se lo debe a todas las mujeres y demás personas que tienen derecho a salir de su casa sin correr el riesgo de desaparecer en contra de su voluntad.

Hay que seguir buscando hasta descubrir dónde están y cómo llegaron hasta ese lugar estas dos mujeres, estos dos misterios.

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